La Flor de Barracas 24/06/2019: No veo la hora de volver a ese lugar maravilloso!!

Queridos niños Champa,
Gracias Waze

Para mí, cuando el Gallego Luis Ramón sugirió ir a un lugar llamado la Flor de Barracas, ubicado en una calle ignota llamada Suárez (2095) la idea me pareció como una Excursión a los Indios Ranqueles. "Yo invito a todos con todo", me dijo Luis, entusiasmado. "Estás loco, me niego", le contesté, que me disculpen los demás niños, pero no está en nuestras tradiciones garronear estos festejos. "Entonces invito al vino", contestó el hombre de Correos. Y así cerramos.

Algunos de los Champa, acobardados por aventuras en barrios con destino incierto, estoy seguro que retacearon su respuesta. Yo le pregunté a mi Waze y me dijo: "¡Muy fácil! Vas por la 9 de Julio hasta que se convierte en autopista y a las pocas cuadras doblás por Suárez, tres cuadras a la derecha y estás. Quince minutos desde tu casa".
Confirmé que el despistado
no era yo
Así que invité a los que quisieran acompañarme en mi auto, saliendo de allí donde estoy, a pasos del Patio Bullrich. Adolfo Casabal, uno de la hueste otrora proscripta por el querido Foca, prócer perdido, hoy absuelta y bendecida, fue el primero en aceptar el convite. Juanca, Diego, Freddy y el Aviador Alberto se sumaron. Beto, que estaba en el campo, cuando dijo que podía ir pero que no tenía ni idea de cómo llegar, terminó siendo llevado por Juanca.

Llamé al lugar de destino, "¿Dónde estaciono?". "No, en esta zona no hay estacionamientos", me contestó el nativo, casi digo el aborigen del lugar, "pero ni se preocupe, señor, puede estacionar acá a la vuelta, en la calle Arcamendia".

A la hora señalada para la partida desde mi cochera, con Adolfo y Diego ya presentes en mi noble Honda Accord, lo llamé al Aviador ausente: "Alberto, te estamos esperando". "¿Esperando? ¿Para qué?", dijo con voz de ultratumba, más que despistado. Por lo visto se había olvidado totalmente. Los años pasan. Por las dudas, como mis años también pasan, consulté mi whatsapp. Confirmé que el despistado no era yo.
El lugar, mirado de afuera,
no impresiona demasiado

Llegamos en quince minutos, ayudados por el Waze, más Diego, que se había aprendido el mapa de memoria y repetía casi al pie de la letra las indicaciones que daba el bicho. Por fin llegamos. El lugar, mirado de afuera, no impresiona demasiado. Las maravillas empiezan cuando uno entra, pero eso viene luego.


La famosa calle Arcamendia, empedrada como testigo de viejos siglos, lucía atractiva y turísitica pero sin un maldito lugar de estacionamiento a la vista, con autos estacionados de ambos lados, uno pegado al otro. Pero una cuadra más adelante lo logramos.

Entramos al lugar, bien pintoresco, y preguntamos
por el salón reservado, el Villoldo 
Así que pronto entramos al lugar, bien pintoresco, y preguntamos por el salón reservado, el Villoldo.
La moza, Lorena, espléndida
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Era evidente que nos esperaban como la comitiva VIP del día, del mes, del año, o del siglo.

La moza, Lorena, espléndida, nos explicaba los ceremoniales previstos.

"De entrada tienen tortilla de papas y la empanada de carne", decía mientras nos servía el vino, soberbio, un Celador de Santaolalla. "Después pueden elegir entre la bondiola con papas fritas, o con batatas, o los ñoquis rellenos de acelga o los rellenos de jamón y queso".
Yo ni siquiera sabía de la existencia de ñoquis rellenos. 

No hay nada más espectacular y rendidor que hacer turismo en ciudad propia.

La tortilla de papa, exquisita, fue un anticipo de todo lo que vendría, cada cosa mejor.

Después de la empanada de carne yo elegí la bondiola con batatas, muy buena.
 Pero de pronto me tenté. Beto, que había pedido los ñoquis rellenos de jamón y queso, dijo "Mejor no, ya comí mucho". Así que a mitad de mi plato, me los acerqué y los probé. La cara de placer que creo que me vio cuando empecé a dar cuenta de ellos fue decisiva. "¿Me podés pasar esos ñoquis?", dijo Beto.

Yo seguí dando cuenta de mi bondiola, mirando cada tanto el plato perdido de ñoquis rellenos. A Beto le volvió el hambre de sólo probarlos. ¡No quedó ninguno!


Sólo por ese plato no veo la hora de volver a ese lugar maravilloso.
Ñoquis rellenos de jamón y queso. No veo
la hora de volver a este lugar maravilloso.

De pronto apareció una señora a saludar. "Soy la cocinera", anunció. No me acuerdo si la aplaudimos, debimos hacerlo.

También apareció un veterano de pelo blanco, incluso más viejo que nosotros, supongo el dueño, a rendir honores y preguntarnos si todo estaba bien. Estuvo diez!!!

Como postre elegí el flan con crema, a 
la altura de todas las demás exquisiteces.

La foto en mesa inmensa se la agradecemos a Lorena. Fuimos nueve:
Freddy Zavaleta, Hernán Huergo, Juanca Laurens, Adolfo Casabal, Luis Freixas, José Luis Villegas, Beto Amadeo, Eduardo Casabal y Diego Martínez Estrada
Freddy me ayudó con algunas fotos
Es una crónica que recuerdo más por lo que comimos que por lo que hablamos. Piazolla y Amelita Baltar estaban en las paredes. 

Asseff Caiat no dejó de aparecer. Resolvimos que estuvo en el A y también en el B. Parece que en el A lo aguantamos muy poco tiempo, como un año. Beto contó que una vez, unos cuantos años después, quizás este siglo, intentó reclutarlo, "Nos vendría bien un Amadeo en el partido", le dijo. Pero Beto se negó, para su suerte. 


Le preguntamos a Luis por el futuro y quedamos igual de preocupados que antes de hacerle la pregunta. 


Hablamos de golf, de tenis, de los ausentes. De Antonio Delfino ya se nos borra la cara. Antonio Young: cómo te extrañamos! Y a los demás también, no se pierdan la próxima.

Un placer haber tenido los primos Casabal entre nosotros. Me contó Adolfo que tiene ya 27 nietos de sus ocho hijos. "¿Estás en el Opus Dei?", pregunté, pero no, parece que son de mucha prole por tradición.


En fin, hablamos de mil cosas más, de todo y de nada, pero la comida fue lo que me quedó para el recuerdo.




Van más fotos:





La pasamos fenómeno, Luis, muchas gracias por la iniciativa, y por el vino. Es para repetir. 


No veo la hora de volver a ese lugar maravilloso!

Gracias Luis! Y gracias Lorena y todos los del lugar!

La foto final la sacó el dueño al grupo VIP
Un abrazo a todos.


Hernán

PD: Más fotos:



Club de Pelota 9/5/2019: Un placer fuera de serie


Hola Champa 1960,

Club Argentino de Pelota
Córdoba 1148
Antes que nada quiero comentar que esta crónica tan demorada se debe en gran medida a Eduardo Vila Moret. Cuando nos despedíamos él me dijo, con énfasis: "Espero tu crónica". Cuando le contesté: "No tengo tu mail", me contestó "Tatovimo@gmail.com". La crónica quedó prometida. 

Por unas cuantas cosas, obligaciones, hobbies o pavadas que llenan mi vida por estos días, fui postergando el tema. Pero cada tanto aparecía en mi cabeza... Tatovimo@gmail.com... se la prometí... Tatovimo@gmail.com... se la prometí... y aquí estoy.

Otra cosa a comentar antes de comenzar con la crónica es que le pedí a Diego que me escribiera unas líneas, las que voy a intercalar en el texto para darle más relieve. Muchas gracias Diego por tu aporte.

La comida en el Club de Pelota a la que fuimos Diego, Freddy, Juanca y yo, estuvo fuera de serie. Por el lugar, por el clima, por lo divertido, por las anécdotas, por el descubrimiento de la joya que es ese edificio, por el deslumbramiento que nos causó a la salida el Teatro Cervantes iluminado, una maravilla que nos dejó atónitos.

En total fuimos 15, allí va la lista (como en el colegio, en orden alfabético de apellidos): Miguel Amaya, Horacio Barilatti, Fernando Braceras, Carlos Brave, Adolfo Casabal, Alfredo Casares, Alejandro Duhart, Hernán Huergo, Juan Carlos Laurens, Raúl Lorenzo, Diego Martínez Estrada, Julio Novillo, Carlos Pourtalé, Eduardo Vila Moret, Federico Zavaleta.

Llegamos con Diego a las nueve en punto clavadas y tuvimos los primeros encuentros allí en el umbral de este edificio extraordinario. La noche era mojada y no muy fría y nos saludábamos allí, delante de la puerta de madera magnífica del Club, a veces sabiendo a quien y a veces sin saber a quien. A veces sin siquiera recordar el apellido al escucharlo, como me pasó con Alejandro Duhart.

Diego: La noche del Club  de Pelota con los del B de la Promoción 60 del Colegio Champagnat, fue una noche de lluvia intensa. Llegamos con Hernán al misterioso y antiguo edificio de la Avenida Córdoba donde inicialmente no parecía haber nadie. 

Después fue entrar y llegar al salón de la comida, espectacular, más abajo tienen un video con las fotos que le saqué. Además de la soberbia mesa preparada para la comida había una suerte de antesala con una mesa y sillones rodeándola para el cocktail previo, vino incluido como opción a las gaseosas, con papas fritas y otros entremeses

Diego: Subimos la escalera al primer piso  y antes de llegar sentimos el rumor de una cansinas voces que intercambiaban experiencias sobre asuntos  referidos a enfermedades y achaques clásicos de la tercera edad. Reconocí inmediatamente al líder del grupo B, el siempre atento y bien conservado Adolfo Casabal que con su reconocida simpatía y amabilidad cambió en segundos la lúgubre impresión inicial. Reconocí de inmediato otros pocos del B, entre ellos Pourtalé, y Casares Sojo (el primo de nuestro esquivo Antonio Delfino).

Adolfo Casabal y Carlos Brave, los anfitriones organizadores, lucían felices y elegantes, con camisas que no necesitaban de corbatas para ser protagónicas. Digo esto, porque me llamaron la atención los cuatro Champa 60B que fueron de traje y corbata. Como si fuera un casamiento, o aquellas fiestas de sábado a la noche a las que íbamos hace bastante más de medio siglo. Cuatro corbatas del B, las pueden ver en las fotos, todas bien competitivas. 

Nosotros teníamos nuestra cuota de traje y corbata, Diego Martínez Estrada. Pero no como el cumplimiento de un ritual o protocolo, sino por la investidura del personaje, venía de ejercer su función de reelegido vocal de la nueva Comisión Directiva del Jockey Club.

Diego: Nos llamó la atención la extrema elegancia de Vila Moret, quien se distinguía con su fina estampa claramente en su grupo. Estaba también el siempre amable Braceras, cuñado de nuestro inolvidable Foca, entre otros. Luego de unas copas nos sentamos es la imponente  mesa en ese caserón como si estuviéramos a kilómetros de Buenos Aires disfrutando la magia de una noche de reencuentro con personas que compartieron aquellos años en el viejo Champagnat de la calle Montevideo 1050. 


A la hora de premiar al niño Champa 60 mejor vestido de la noche no dudo en elegir a Tatovimo entre los cinco corbateados. Creo que el mismo Horacio Barilatti, segundo puesto, debió reconocer que esta vez había sido superado por Tato. Imagino que nuestros reencontrados amigos del Champa 60B juegan una competencia cada año en estas comidas para lograr el premio del mejor trajeado y vestido.  

Terminado el cocktail previo pasamos a la mesa donde el plato fuerte fue unos ñoquis muy buenos. Saqué las fotos que pueden ver, algunas con ayuda del mozo del lugar, muy atento. Nos mezclamos los cuatro entre los once, pero alcancé a oír la pregunta de Diego: "¿Ustedes, los del B, no nos tenían envidia a nosotros, los del A?", contestada al toque por no recuerdo bien quien: "¿Ustedes, los del A, no nos tenían envidia a nosotros, los del B, que éramos mucho más divertidos y mejores en los deportes?".



Unos y otros hablamos de los amigos perdidos, como Foca y el Ovidio, tan queridos. Unos y otros recordamos viejas anécdotas de aquellos años compartidos.
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Diego: Impresiona pensar que de los 80 de ambas clases, más de 40 han partido ya a la casa del señor lo que no deja de ser una invitación al examen de conciencia. 

Hace pocos días, el 30 de mayo, tuvimos una pérdida más que lamentar. Nuestro querido Hernán "Chus" Duverges, el cáncer a la garganta le arruinó los últimos años. Sus últimas semanas fueron de gran sufrimiento. Terminó su vida en su casa, atendido por Inés, las hijas Magda y Dolores y las enfermeras hasta el último suspiro. Dios lo tenga en su gloria.

Impresionante el Club de Pelota. Hice un recorrido por el piso con el mozo atento haciendo de guía y también sacando alguna foto. Realmente una maravilla el edificio. Allí van las imágenes.



Nos fuimos once y media de la noche, que seguía fría, menos mojada. Con Diego y Juanca miramos atónitos el espectáculo justo frente nuestro, el Teatro Cervantes iluminado, ¡espectacular! Saqué algunas fotos.

Diego: Buena noche! Nos volvimos rodeando el teatro Cervantes, admirando su restauración reciente, que lo hacía lucir imponente con sus nuevas luces que se reflejaban en el mojado asfalto de la esquina.


Diego: Muy buena la idea de juntarnos, después de toda una vida en donde cada uno enfrentó su destino como pudo cuando salimos al mar abierto de la vida a ganarnos un espacio, a armar familias y destinos laborales  muy distintos. En esta  etapa es muy grato ver esas viejas caras y evocar aquellos años que jamás se olvidan. Sería bueno volver a vernos todos los años ya que hay que achicar la mesa cada año.

Adolfo Casabal: Realmente la comida estuvo lindísima con estricto cumplimiento de quienes se comprometieron a ir, a pesar del día tan feo. El único que no pudo llegar, Jeffy [Fagalde], fue porque se le rompió el auto en el Tigre. Sólo espero que cada vez seamos más los comensales. 

Gracias por la invitación, Champa 60B! Un placer fuera de serie! 

Un abrazo a todos los Champa 1960!

Hernán Huergo

Rodi 29/04/2019: Un día histórico para todos nosotros: A+B!!!

Queridos Champa 60A,

Ayer fue un día histórico para todos nosotros. Porque nuestro grupo, nacido a fines de otro siglo por iniciativa de Foca Moreno Hueyo, Martín Lawson y Palito Noetinger, se encontró en un almuerzo con nuestros queridos colegas del Champa 60B.

Algo bastante reñido con nuestros ritos y costumbres. Porque uno de nuestros fundadores, que en paz descansen los tres, estableció la consigna Somos 1960A y no nos juntamos con 1960B, y los demás, seamos sinceros, no hicimos nada para derogarla.

Así que empecemos de nuevo:

Queridos Champa 60A y 60B,

Por nuestras respectivas divisiones, 1960A y 1960B, habremos sumado en cada una un total del orden de 50 "compañeros" -con perdón de la palabra. En nuestro caso quedamos unos veinte, los años nos han castigado en serio.
Beto Amadeo y Adolfo Casabal
Solemos tener almuerzos que cuando el grupo arrancó eran semanales, en un restaurante llamado El Navegante. Luego pasaron a ser mensuales, luego cambiamos El Navegante por el restaurante del hotel Lafayette; luego nos mudamos al Palacio Balcarce, o sea el COFA; luego elegimos por un tiempo Brut Nature, época que adoptamos comidas mensuales por la noche; luego volvimos a los almuerzos en La Raya de Ortiz de Ocampo, que cambiamos por El Callao; hasta que un día cerró y pasamos a Parada Norte; hasta que un día cerró y pasamos a La Raya de Ayacucho; hasta que un día cerró. Hasta este último almuerzo celebrado en Rodi, han cerrado unos cinco de estos lugares anteriores, los subrayados.
Jorge Martínez Tanoira y Jeffy Fagalde

A los almuerzos y/o comidas mensuales sumamos casi cada año un almuerzo placer de los dioses, regalo de Octavio, llamado Las Lilas. 
Una cosa que extrañamos un montón son las comidas en el Tenis Club Argentino que haciamos una vez por año, por noviembre, mujeres incluidas. 
Sumemos a todos estos encuentros nuestras Aventuras en el Potenza, el fabuloso yacht capitaneado por su dueño, el Joven Young.
Freddy Zavaleta y Juanca Laurens

Desde que me sumé a este grupo, año 2002, asumí un rol de cronista y la bitácora de todas nuestros encuentros, aventuras y dislates está registrada en un Blog, lo encuentran en http://champa60a.blogspot.com/. Disculpen los del Champa 60B lo que van a encontrar como carátula el mismo, prometo cambiarla muy pronto. Esta crónica se va a incorporar al Blog, por supuesto, como todas las otras.


Carlos Brave y Hernán Huergo, con
Jorge Martínez Tanoira más atrás.
La idea vino de una conversación entre Adolfo Casabal y Beto Amadeo. Que me pasó la posta. Era hora de romper con esos ritos y costumbres, tiempo de juntarnos. La primera cita fue en Rodi, el almuerzo del lunes 29.
Alfredo Casares y Julio Novillo
Fuimos once, nada mal para el estreno. Increíble, fuimos supuestamente anfitriones pero perdimos por 6 a 5! Pizutti Nazar creyó que el almuerzo sería en La Raya Ayacucho. Grace, mujer polifuncional, servicios de Secretaría y Comunicaciones incluidos, omitió pasarle la novedad, o bien Ricardo omitió leerla o escucharla. No es hombre que tenga Whatsapp, uno de los pocos que quedan en el planeta. Octavio, anunciado, finalmente no pudo venir. Así que nos presentamos el Beto Amadeo, Freddy Zavaleta, Juanca Laurens, Jorge Martínez Tanoira -que por suerte se sumó, no anunciado- y este cronista, Hernán Huergo.
Hernán Huergo y Arturo Prins
Adolfo Casabal y Carlos Brave, ambos presentes, sumaron la participación de Alfredo Casares, Julio Novillo, Jeffy Fagalde y tuvieron también alguien no anunciado, Arturo Prins.

La primera tarea para todos fue intentar reconocerse unos a otros. Yo les pongo leyendas a las fotos que saqué -unas cuantas con ayuda de Freddy-, espero no haberme equivocado.

Después nos sumergimos en conversaciones de a dos. El ruido del lugar, que fue aplazado por su alto costo (más de trece dólares!), impedía escuchar a vecinos no inmediatos. Lo cual no me impidió oír el relato de uno de los asistentes, más que reconocible por su estampa de Dorian Grey -no revelaré su nombre, dejo que lo adivinen. 

No puedo recordar todo palabra por palabra, pero allí va la historia más o menos.

-No me hables de ir a visitarlo al sanatorio. Vengo de la operación de próstata y es lo último que querría hacer, ir a un sanatorio -le decía a Adolfo.

-Yo me operé la próstata, green láser -lo interrumpí-. ¿A vos también te operaron con el láser?

-No, a mí me abrieron todo desde aquí -contestó, con la mano en el esternón, que fue bajando.

Y la historia nos capturó a todos cuando siguió.

-Además del médico había dos urólogas, jóvenes, guatemaltecas o venezolanas, no sé. Una de ellas monísima... Tuve que desnudarme y tendido en la cama boca arriba, una de ellas de acercó y lo tomó en su mano, mientras no paraba de conversar con la otra.
-Sí, estoy un poco cansada de este lugar. me están ofreciendo... ¿Me podés alcanzar un 18? Creo que allí te pagan mucho mejor -y la mano volvió a moverse-. Me parece que mejor dame un 20. ¿Por qué no intentás también vos y te venís conmigo? No, no, creo que vamos a precisar un 22. No, dame un 24.
Bueno, la historia no acabó allí, ni tampoco el paciente, y nos divertimos un montón.

Yo lo tenía a Arturo Prins como vecino y me contó sus quehaceres en la Fundación Sales. Por supuesto que sabía de sus sapiencias, siempre lo leo en la Nación. Pero me sorprendió saber cuánto donan los americanos en fundaciones: 411 mil millones de dólares! Casi casi igual a todo el Producto Bruto Interno de Argentina. Y la Fundación, que cuenta entre sus objetivos fundamentales la lucha contra el cáncer, se sostiene con las donaciones que recibe. El Fund Raising es una ciencia fundamental para nosotros, me dijo. Felicitaciones por tu Fundación, Arturo!

Creo que estuvo excelente. El desafío es encontrar ahora un nuevo lugar.

El próximo encuentro A+B será la comida en el Club Argentino de Pelota el jueves 9 de mayo a las 21 horas. Nos vemos allí! Quien vaya debe avisar antes y luego no fallar.

Un abrazo a todos y esta crónica la encuentran haciendo clic en

Rodi 29/04/2019: Un día histórico para todos nosotros: A+B!!!


Hernán

Las Lilas 14/03/2019: Un evento que nos convoca a todos!! Con la mejor carne del mundo!!

Queridos Champa 60A,

Algunas cosas nos han golpeado en los últimos tiempos. Son golpes que cada vez sentimos más. Hace pocos días, el 10 de febrero, se nos fue el Japonés, nuestro querido Emilio Gahan. Nos tomó por sorpresa, por lo menos a mí, y sentimos un dolor intenso. Ya son más los que se fueron que los que quedamos. Ni qué hablar del momento en que se nos fue Ovidio, el 2 de enero. Una pena infinita. Estuve en el Memorial, allí escuché sus palabras grabadas para la hija, no saben la emoción que sentí.

Qué bueno que Octavio nos invitó a este evento glorioso, único, Las Lilas. Porque entonces nos juntamos unos cuantos. Siempre somos unos 12 a 14, esta vez fuimos 13. El Pote, anunciado, nos falló. Con lo que tanto nos habíamos ilusionado de verte, Devoto Stöcker, hijo de Irene. Dios quiera que estés bien.
Ser 13 significa ser casi todos. El Chus Duverges dio su parte de ausente, muy completo, gracias. Ojalá estés cada día mejor.
De Eduardo el Lindo ni noticias, cómo se nota tu ausencia!

El Monseñor no sólo no aparece, tampoco contesta los mails. Lo extrañamos enormemente, a él y a sus bendiciones. Delfino casi casi se está convirtiendo en caso parecido al del Solísimo Romero.

Martín, a quien incluí en este mail, desapareció de nuestros registros en septiembre de 2017. Nadie sabe con certeza las razones. Circularon ayer versiones de que se había ofendido por alguna razón. Pero no hubo acuerdo de cuál podía ser tal razón. Cualquiera sea la causa, esperemos perdones a quienes sin darse cuenta te ofendieron y que vuelvas al redil, Martín. Ojalá.
O sea que somos 18. Y si visitan el sitio llamado  Fechas Sagradas (https://champa60a.blogspot.com/p/blog-page.html) encontrarán que desde que armamos este grupo, a partir de los almuerzos en El Navegante, año 2002 en mi caso, hemos perdido a 16 de los nuestros. El primero en dejarnos fue Guillermo Piñón, amigazo, el 11 de febrero de 2006.

Por eso que Las Lilas es tan importante, gracias Octavio!!
Todos sabemos de memoria qué nos espera en Las Lilas, una suma de placeres 
que conocemos. Aunque debo decir que la carne que comí ayer debe ser la más exquisita de las que comí en mi vida. Deslumbrante!
Era uno de esos malditos y frecuentes días llenos de piquetes en el camino. Yo tuve suerte, sólo demoré seis minutos, era el séptimo. Poco a poco fueron llegando los demás, aunque Octavio llamó para decir que venía atrasado. Finalmente pudo superar los piquetes, una hora de lucha y comenzamos a las 14. "Podrían haber empezado sin mí", me dijo. "Aquí nada pasa sin tus órdenes, Octavio".
Me tocó estar pegado al Joven Young, con lo cual disfruté de sus torrentes de conversación. Antonio no se perdería por nada del mundo estos encuentros, son un gozo inmenso para él. Contó su visita a los pagos de sus ancestros, allá en Escocia. Visitó un pueblo a unos 150 km al sudoeste de Glasgow, no recuerddo el nombre. La iglesia estaba cerrada, pero cuando descubrieron quién era el visitante fue júbilo en el pueblo. Lo llevaron a la taberna, lo invitaron a comer algo. Eran las diez de la mañana. Sólo había sopa. "Estaba buenísima", opinó. Muy escocés todo.
El Beto Amadeo, más elegante imposible, nos entretuvo como en los mejores tiempos.
El Funcionario, al que hace mucho que no veíamos, de pronto nos regaló uno de los chistes que contaba Kiko, un homenaje a él. "No los cuento con la misma gracia", aclaró. De paso nos invitó en próxima data a un Bodegón que hay en la Boca. "No lo conozco, dicen que está muy bueno. Eso sí, vayan con cuidado, es zona peligrosa". Esperamos tus noticias.
De pronto arrancó un tema sobre la batalla de la Vuelta de Obligado. Intervenían muchos, Diego, Ricardo, también Young y Amadeo. Pero en un momento la sorpresa fue cuando el Almirante le preguntó un dato sobre uno de los barcos a Pizutti. Después de un breve silencio, el aludido confesó un "no me acuerdo". Casi nos desmayamos de la sorpresa. No recuerdo que haya pasado antes algo así con nuestro Funes el Memorioso.
El Aviador, que casi se había borrado para el magno evento, apareció con paso trémulo. Poco a poco se recupera de sus bypasses y cirugías.

No supe de qué hablaban el Benjamín, Don Atilio y Juanca, pero me parece que la pasaron fenómeno. Como Freddy, radiante como nunca, enfrente de ellos.
Todo espectacular. Muchas gracias, Octavio. Brindamos setecientas veces: con el champagne, con el vino, con la grapa y con el lemoncello. Por los que nos dejaron, por nosotros, por Octavio.
Lo dije o no lo dije?? La carne es la mejor del mundo, al menos para mí.
Un abrazo a todos.
Mil gracias, Octavio, tu evento nos convoca más que ninguna otra cosa.
Hernán

La Raya 10/12/2018: Nos acompañó el Chus, una emoción!

Queridos Champa 60A,

Bueno, ya sabemos que el lunes no es día para el Octavio, que prometió juntarnos en maro en ese paraíso llamado Las Lilas. Promesa anotada!

Y estamos resignados a las ausencias del Funcionario, pobre muchacho, supo ser feliz en tiempos que parecen bien pasados.

Una lástima no tenerlo al Ovidio, cómo lo extrañamos. Pero es mejor guardar cama cuando estás enfermo. Ojalá te veamos en la próxima, estos almuerzos te necesitan!

Y el Beto había avisado que estaría de viaje por estos días. Otra ausencia que brilla como pocas.

El Benjamín mandó su apoyo pero no aportó presencia. Pero promete estar en la próxima.

El Aviador está averiado en serio. Triple bypass. Por favor, Alberto, dejate de joder!!!

Al Joven Young se le ocurre ir al médico en estas citas obligatorias. Tenés tarjeta amarilla! Nos quedamos sin esos cuentos y aventuras que son para alquilar balcones.

Del Pote Devoto ni noticias. Parece que el silencio significa alguna cuita de salud, ojalá que no sea grave. Por suerte tiene cisne propio, se llama María.

La Peque de Don Emilio me contó que el Japonés está enfermo por estos dias. Será posible??!! Déjense de joder!!

El Monseñor ya se olvidó de nosotros, ni siquiera manda indulgencias por mail, ni bendicones de ningún tipo.

El Atilio es un workaholic incorregible. Esta gente de Cerámica Roja no le da respiro. Es hora de parar con ese vicio, tirar la corbata y venir a nuestros almuerzos.

Al Lindo Fitte lo encontramos con el Almirante cuando nos íbamos. Ni siquiera mandó justificativo. Lejos no le queda, son tres cuadras.

De Ricardo he perdido en forma total, increíble y absoluta, todo contacto. No sólo con él sino con su Secretaria de Prensa y Comunicaciones, o sea Grace. Ni siquiera sé si viven en Buenos Aires o se mudaron a alguna provincia.

O sea que cuando llegué éramos apenas cuatro, con el Juanca, el Almirante y el Joe Tanoira, que nos regaló la sorpresa. Luego se sumó como quinto Don Freddy, irradia felicidad en sus tres dimensiones.

Por supuesto que el tema era saber si mi tocayo vendría. Yo conté mis conversaciones con Inés, y también mis conversaciones con el mismo Chus. No estábamos seguros si nos acompañaría.

Pero sí, el Chus Duverges apareció, y nos llenó de emoción. Nos mostraba su cara, tan afectada por las operaciones que sufrió para combatir la maldita enfermedad que le atacó la garganta. Mandíbula operada, lengua perdida, garganta intervenida. No puede comer sólido ni hablar, pero el hombre vino. Bravo!!

"Es la primera salida social que hago", nos dijo, orgulloso.

Claro, querrán saber cómo nos hablaba. Vino con su tablet, en ella escribe y un programa transforma el texto en speech.

"Estoy muy bien y no me duele nada".
"¿Adónde piensan ir de vacaciones?". 
"Yo pienso pasarla en el Tigre, en casa de mi hija". 

Había traído una botellita de champagne e intercalaba tragos entre frase y frase.

Fueron momentos increíbles y nos quedamos maravillados.

Al rato, cuando ya terminábamos las empanadas o los buñuelos, nos dijo:

"Bueno, me voy. Muy Feliz Navidad!"

Y se fue caminando a su casa, como había llegado.

Muchas gracias, Chus, por acompañarnos.

Nos seguiremos viendo!

Van las fotos:







Un abrazo a todos.

Muy Felices Fiestas para todos y familias... y nos vemos en marzo, si Dios quiere.

Hernán

16/07/2018: La Raya: Fuimos seis, el número perfecto

Queridos Champa 60A,

Fuimos seis, el número perfecto. El Pote me llamó a media mañana para avisar que no vendría. Juanca, que sigue atrapado por laburo tras laburo, también me llamó, se le había complicado. 

Así que con Alberto el Triste, Antonio el Joven, Beto, Diego el Almirante, Freddy y el cronista fuimos seis.

Por supuesto hablamos de los ausentes.
Del Chus leí un mail que decía: "Estoy muy bien tratándome sin dolor alguno
". Te extrañamos, tocayo, ojalá sigas bien. 
A Ovidio lo extrañamos un montón, ese problema en la columna tarda en desaparecer. Mejorate pronto, los almuerzos te añoran. Por favor, mejorate pronto, o tendremos que hacer los almuerzos en tu casa.
Del Funcionario se nos empieza a borrar la cara. Por suerte no hablamos de política, que se nos iban a llenar de lágrimas las empanadas.
Atilio fue uno de los que avisó que no estaría. Trabajás demasiado, amigo.

Octavio no apareció en miércoles, mucho menos va a aparecer en lunes. Ojalá te veamos algún jueves de este año en alguna fiesta de tu marca y sello.
Monseñor Delfino ha dejado de concurrir a estas ceremonias, pero no perdemos las esperanzas de que un día aparezca y nos dé sus bendiciones. 
De Funes el Memorioso no tuve respuesta ni noticias, debe estar en esos campos que visita bien seguido. 
Con Martín Romero tenemos un misterio todavía no descifrado. De habitué leal y puntual ha pasado a ser un desaparecido total. Nadie logra explicar qué sucedió.
Extrañamos a todos, también japoneses, pampeanos, lindos y benjamines, y no me olvido del Joe. 


Beto había venido con parche en la frente, como ven en las fotos. "Tuve un carcinoma", aclaró, "pero también tuve otras cosas". Cosas que lo tuvieron internado por unos cuantos días. "Y no avisaste nada", lo retamos. Las otras dos cosas que tuvo fueron la bronco neumonía y la Amnesia Global Transitoria. Sí, leyeron bien, Amnesia Global Transitoria.

Salió de su casa no sabe bien adónde, ni tiene idea de qué hizo durante esas dos horas. Sólo recuerda a partir del momento en que Adriana lo encontró tirado en el sillón del living de su casa, donde nunca jamás antes se había tirado. La mujer le hizo un par de preguntas. Él estaba en alguna nube. "Vamos al sanatorio ya, es un ACV", dijo Adriana. En el sanatorio lo volvieron loco con mil exámenes, incluyendo las preguntas más infantiles, "¿Cómo se llama?". Cuando terminaron el médico vino y dijo: "No es un ACV, usted tiene Amnesia Global Transitoria". Se internó por el el problema de la bronco neumonía, aclaró.

Yo, que tuve un padre médico, aprendí a detectar cuando mi viejo no tenía ni idea de cuál era el diagnóstico para un paciente. El decía: "Es un virus". Este diagnóstico de Amnesia Glogal Transitoria me hizo recordarlo. 

"Podés violar, robar, matar y no tenés la más puta idea de lo que hiciste", contaba Beto. "Artículo 41 del Código Penal, no comprender la criminalidad del acto", recitó con sabiduría letrada el Almirante. "Lo he escuchado de boca de un abogado para defender a un asesino", acotó el Joven Young. 

Alberto C sigue triste, más que nunca. "Estoy con la depre, pero seria". El psicólogo lo mandó al psiquiatra, aclaró. Yo conté de una depresión que tuve, hace ya treinta años, por algún problema de laburo. No podía comer ni dormir. El médico de Omint llegó a casa y dijo: "Tome esta pastilla para poder dormir". Nada. Al día siguiente vino de nuevo: "Esta pastilla la toma acostado, porque es peligroso que la tome levantado, se cae dormido en el acto". Se fue. Nada. No lo llamé más. Seguí en las últimas. Hasta que un día me visitó Federico, mi hermano, que vino con un amigo, que no tengo idea quién era, y que fue quien me dijo: "Tomate un Lexotanil y se te pasa". Creo que me hipnotizó. Conseguí el Lexotanil y Colorín Colorado, se me pasó la depre y en pocos días, típico, creo que entré en la euforia. Así ocurre siempre, amigo Alberto, ya te va a llegar tu hipnotizador, tu Lexotanil y tu euforia pos depre, paciencia.

Amadeo habló largo y tendido y Antonio estuvo más silencioso que otras veces. "Tus cuentos son muy largos", le dijo casi de entrada y sorpresivamente Beto al Joven, quien se ofendió bastante por la injusta acusación. Durante el largo y entretenido relato del amnésico estaba muy tentado de decirle: "Tus cuentos son muy largos". Pero pudo contenerse.

Otro triste de la mesa era Diego. Vendió hace poco, vendieron con su hermano, su adorada Ascochinga. Supongo que se trata de una Tristeza Global Transitoria.

"Hay unas pastillas que te mejoran todo absolutamente", dijo el Relator del Día, o sea Beto. "¿Cómo se llaman?", preguntamos varios a coro. "Boludol", contestó con seguridad Odol. Insistimos en saber el nombre del remedio. "Boludol", volvió a contestar. Freddy intentó ayudar y sopló "Forte". "¿Es Forte?", le preguntamos esperanzados. "¿Cómo quieren que me acuerde si vengo de una Amnesia Global Transitoria?". Por lo visto Boludol te mejora casi todo, no la memoria.

Nos divertimos como pocas veces. No hay caso, seis es el número perfecto. 

Joven Young: no te desanimes con el comentario que recibiste. Tus cuentos son divertidos, aunque sean largos. Ayer fuiste superado ampliamente por el Relator del Día. 

Gracias Beto, lo tuyo fue un show que todos disfrutamos. 

Un abrazo a todos.

Hernán

11/04/2018: La Raya: ¡Gracias a la lluvia!

Queridos niños,

"Si sigue lloviendo creo que voy", me había dicho EAF.

Fuimos solo siete, número siempre mágico, resultó un placer. Porque cuando somos pocos, al menos en este caso, la conversación es única. Eduardo el Lindo llegó el primero, gracias a la lluvia. 




Después llegó Alberto el Aviador, en seguida Pizutti el Memorioso, muy pronto Freddy se sumó, y también José Luis. Cuando llegó el Benjamín el Eduardo le dijo, "me robaste el partido de golf en el Jockey", pero sin rabia ni nada, era sólo un saludo, de un handicap 19 a un handicap 18. Y cuando llegó el Almirante Diego, ¡aleluya!, completamos la magia de ser siete.

Sabíamos del problema de Ovidio, las dos vértebras lumbares quebradas, levantando no sé qué cosa tan pesada. Me duele a mí de solo escribirlo. Mejorate, te extrañamos! El Mudo dijo que quizás, que tenía oncólogo, pero no pudo. Ojalá estés bien para el siguiente La Raya. El Chus, tan extrañado, dijo que está muy bien, otro aleluya, pero que nos verá en alguna próxima. Antonio el Joven anunció su faltazo. El Estiba Malbec lo buscaba en la mesa y lloraba al no encontrarlo. Juanca prometió presencia y nos falló. Creo que trabaja demasiado. Atilio Corbata, dijo que no podía, de él no tengo dudas: trabaja demasiado. Joe Tanoira y el Mono, atentos, avisaron que no vendrían. El Monseñor debe estar tan ocupado que ni tiempo tiene de contestar un sí o un no. Esperamos su Mea Culpa, que hasta Francisco lo está desparramando, no sé si convenciendo. El Funcionario avisó que los miércoles son días de reunión almuerzo en Correos para él. Lo que me recuerda que cambiamos de lunes/martes a miércoles para que nos acompañara el César. Los miércoles de Octavio se estrenaron el 19 de abril del 2017, última vez que Caraballo nos acompañó en La Raya. Yo probaría de volver a los lunes pero dejo el tema en manos del Ovidio. No sea que estrenemos los lunes del Funcionario y después Luis nos informe que son días de reunión almuerzo en algún nuevo puesto que ligue en el gobierno. 

¿Sabés algo de Beto?, preguntó alguien. No, ni idea.
¿Qué es de la vida del Pote? Imposible saberlo. Es un desaparecido que a veces reaparece. Esta vez me olvidé de avisarle a su Cisne.

Del Solísimo ya nadie pregunta. Hace rato que nos dio el portazo. Bueno, lo digo como si lo supiera. Pero no entiendo porqué pasó de animador infatigable y cibernético a ser más mudo que cuando el Mudo era mudo.

Bueno, vamos al relato de un almuerzo bien único. Todo empezó cuando Diego dijo que por fin se había enterado de las cosas que había hecho el Duque de Windsor, Eduardo, el que abdicó al trono inglés luego de haberse casado con la Simpson, divorciada dos veces, ¡escándalo! Que ahora entendía lo que había pasado gracias a la serie Crown, de Netflix. Contó momentos que lo mostraban casi casi, o sin el casi, como un espía que daba información secreta a los nazis. Entonces Ricardo arrancó, mejor cabe decir saltó, contando en infinito detalle todo lo que en realidad había ocurrido. Que las historias que los americanos escriben están llenas de disparates. Que lo que contaba esa serie no era verdad, que él había leído esto y aquello y nos relató en detalle cómo era Eduardo, cómo fue el plan alemán, que nadie hubiera esperado que entraran por las Ardenas. Y en algún momento empezó a contarnos, con un detalle que superaba cualquier asombro, toda la batalla del Río de la Plata, entre el súper crucero alemán Graf Spee y los cruceros livianos ingleses Ajax y Achilles y algún barco más. Lo escuchábamos como si viéramos una película, porque describía los movimientos de los barcos, los disparos que hacían, los perforantes y las granadas, dónde impactaban los disparos, el espesor de las corazas de cada barco, las decisiones erradas del capitán. Las empanadas ya habían llegado y todos habíamos dado cuenta de ellas. Excepto Ricardo, que no paraba, nos daba su conferencia, fascinante. 

No sé en qué momento el Memorioso dio por terminada la conferencia, el capitán del barco alemán enterrado en Buenos Aires y los treinta y pico tripulantes del Graf Spee en un cementerio de Montevideo. Como sea, la pausa dio lugar a la pregunta del Almirante a EAF, "¿Cómo estás, Eduardo, qué es de tu vida?".

La respuesta fue el comienzo de otra novela absolutamente inesperada. Que empezó por la revelación de una colonoscopía relativamente reciente, el año pasado, primera de su vida. Que siguió con la revelación de la operación de hemorroides hecha en otro siglo, cuando era joven y jugaba al polo. Nunca sufrió más en su vida que por esa operación. Así que de colonoscopía anterior a la del 2017, ni qué hablar. Pero por suerte se hizo esta. Aparecieron pólipos, que le extirparon. Apareció una fístula. Ricardo, que en épocas colegiales fue operado más de una vez por sus fístulas, dio una explicación tipo Enciclopedia Británica del término. Eduardo, con el pánico bien justificado a que volvieran a romperle esas partes, finalmente se avino a operarse. Convencido por un cirujano que era amigo, que era además el mejor en ese metier. Aunque ya sabemos que el cirujano que opera a cualquier persona de cualquier cosa es indefectiblemente el mejor en la especialidad. Esta vez parece que resultó serlo, porque adiós fístula y ni siquiera el más mínimo dolor.

José Luis el diabético nos contó del día que salió del Jockey con exceso de insulina y estómago vacío. No sabe bien qué pasó, pero estuvo recorriendo la Panamericana ida y vuelta hasta Pilar como tres horas, absolutamente perdido, mareado, sin entender nada. No se mató ni mató a nadie por casualidad. Aterrados, todos nos comprometimos a no hablar más de enfermedades.

Pero creo que fue entonces que el Benjamín le pidió a Eduardo el Lindo que contara el cuento del "avión en la rama".

Y entonces vino el cuento más emocionante de todos, por varios cuerpos. El avión, un Cesna 182, una maravilla -algo ratificado por nuestro Aviador, que también piloteaba el suyo-, lo compró allá por 1971. Y el cuento que paso a relatar, aunque no es lo mismo que haberlo escuchado de él, ocurrió en 1978. Eduardo iba con su mujer y su hijo Federico aproximándose al aeropuerto de siempre, o lo que fuera donde aterrizó, porque después de escucharlo creo que no merece llamarse aeropuerto esa cosa. La pista en cuestión está entre hileras de árboles. Hay que bajar justo pasando la primera hilera, calculando el viento. Bajar justo de modo de poder frenar antes de la segunda hilera, de eucaliptos. Había hecho ese aterrizaje muchas veces pero esta vez se dio cuenta que entraba muy pasado, debía levantar el avión a tiempo. Pero cuando llegó a los eucaliptos todavía no lo había logrado. No sé si alguno sabe que los eucaliptos tienen sus ramas apuntando hacia arriba. El Cesna fue frenado bruscamente por el eucalipto que, como si fuera un tobogán hacia arriba, lo despidió hacia el cielo. Luego de eso el avión hizo una parábola, ya el piloto no podía controlarlo, y se dirigió en picada hacia la siguiente hilera de árboles, que era de casuarinas. No sé si alguno sabe que las casuarinas tienen sus ramas apuntando hacia abajo. El avión en picada llegó hasta incrustarse en una de las casuarinas, cuyas ramas lo terminaron de frenar en un recorrido de tobogán que terminó sin tocar el suelo, con la hélice a medio metro del piso. 

Fue la última vez que Eduardo piloteó un avión. "El lugar estaba lleno de ángeles de la guarda", comentó alguien.

Día sensacional, con dos películas de colección, una relatada por el Memorioso. La otra, todavía más emocionante y espectacular, contada por Eduardo el Sobreviviente.  

No sé cuándo será el próximo almuerzo. No se lo pierdan. Este último valió la pena.

Gracias a la lluvia.

Un abrazo a todos!!

Hernán